CUARTA ERA

En el 5 CE, la Montaña Roja erupcionó, destruyendo prácticamente todo Páramo de Vvarden y causando un éxodo masivo de dunmer, que llegaron a Skyrim en grandes cantidades. Las ciudades fronterizas de Ventalia y Riften acogieron a una gran cantidad de ellos, mientras que otros se dirigieron hacia Solstheim. Ante la situación generada, el Rey Supremo de Skyrim cedió Solstheim a los dunmer en el 16 CE.




En el 174 CE se dio un levantamiento de los nativos de la Cuenca en La Cuenca, que adquirieron el nombre de Renegados. Los ejércitos nórdicos se encontraban en ese momento luchando contra el Dominio de Aldmer en Cyrodiil, y esto causó que los Renegados se hicieran fácilmente con el gobierno de La Cuenca y fundaran un reino independiente.




El antiguo jarl de La Cuenca, Hrolfdir, en el 176 pidió a una milicia de nórdicos liderada por Ulfric Capa de la Tormenta que retomara Markarth. La milicia de Ulfric lo consiguió, matando a casi todos los Renegados que encontraron en la ciudad; a cambio de ello, había pedido a Hrlfdir que se permitiera de nuevo el culto a Talos, prohibido por el Concordato Blanco y Dorado, y éste tuvo que aceptar. Sin embargo, cuando los Thalmor descubrieron que en Skyrim no se estaban cumpliendo los términos de dicho acuerdo, mandaron a sus Justicias mayores a que se esforzaran en hacerlo cumplir, arrestando a Ulfric y sus hombres. Esto dio origen a la Rebelión de los Capas de la Tormenta y la Guerra Civil de Skyrim.




Poco después comenzaron los enfrentamientos entre los Capas de la Tormenta y la Legión Imperial, diviendo de nuevo la provincia de Skyrim en dos: la mitad oriental aliada con el jarl de Ventalia, Ulfric, el líder de la rebelión; y la mitad occidental alineada con el Imperio Mede, cuya sede efectiva de poder se encontraba en Soledad. Podría haber terminado mucho antes, con la victoria del Imperio, pero habiendo capturado a Ulfric y estando apunto de ejecutarlo, apareció inesperadamente un dragón que destruyó el bastión de Helgen, donde se encontraban.




Ese dragón era Alduin, el Devorador de Mundos, y casualmente junto a Ulfric se encontraba otro prisionero del que no sabe el nombre, pero que luego fue conocido como el Último Sangre de Dragón, que estaba destinado a acabar con la vida del Devorador de Mundos.

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